miércoles, 28 de mayo de 2008

(Artículo de opinión en el diario Público, edición de 17 de diciembre de 2007).


El canon: la nueva Marbella de la propiedad intelectual


Cuando la tecnología creó en los pasados años 60 sistemas de copiado de canciones (las antiguas cassettes) se hizo imposible controlar quién realizaba copias para su uso personal. Se justificó entonces la creación de un nuevo sistema compensatorio: ya que no es factible saber cuánto se deja de vender debido a las copias realizadas por los particulares, cada cinta virgen se gravaría con un canon que se entregaría a las entidades de gestión de la propiedad intelectual para que lo repartiera entre sus socios.

Javier de la Cueva, 17/12/2007 copio y pego

sábado, 17 de mayo de 2008

Carlos Trías, un escritor de hondo compromiso


QUE EN PAZ DESCANSE AMIGO CARLOS

Su nombre pertenece a una de esas generaciones de creadores que marcaron época en la capital catalana. El escritor Carlos Trías Sagnier, nacido en Barcelona hace 60 años, falleció el pasado domingo en la misma ciudad a consecuencia de un cáncer de pulmón que le fue diagnosticado el año pasado.

Novelista, ensayista y traductor, Trías fue uno de los intelectuales que impulsaron Ciutadans, el atrevido proyecto de un nuevo partido no nacionalista para Cataluña. Junto a otros pensadores como Francesc de Carreras, Albert Boadella, Arcadi Espada, Félix de Azúa o Félix Ovejero, Trías fue uno de los 16 artífices del nuevo proyecto político.

Pese a su innegable importancia como pensador, era, por encima de todo, un literato. Estudió Derecho en la capital catalana, pero su afición por la palabra le llevó a hacer amistad con una generación de creadores que, años más tarde, hizo mella en la sociedad y la cultura catalanas.

Entre ellos se encuentran el director teatral Mario Gas, el escritor Enrique Vila-Matas o la también escritora Cristina Fernández Cubas, que se convertiría en su esposa, y que es una de las cuentistas más reconocidas de la literatura catalana contemporánea, con obras destacadas como 'Cosas que ya no existen' (Lumen, 2001) o 'El columpio' (Tusquets, 1995).

Muchos de esos compañeros de juventud estuvieron presentes en el funeral laico que tuvo lugar en el tanatorio de Les Corts de Barcelona. También estaba allí su hermano, el filósofo, escritor y catedrático Eugenio Trías, uno de los pensadores más influyentes y prolíficos de la actualidad. Juntos, los dos hermanos escribieron a cuatro manos en su juventud una de sus primeras incursiones en el mundo literario: 'Santa Ava de Adis Abeba' (Tusquets, 1970), firmando bajo el seudónimo común de Cargenio Trías.

Pero, sin duda alguna, la obra más recordada de Carlos Trías es y será el 'Viaje a Delfos' (Tusquets, 1994), toda una aventura de introspección en la que el escritor se adentraba en el conocimiento personal del ser humano a través de la figura de su protagonista.

Otra de sus obras más célebres, 'El ausente', fue la que le llevó, en 2001, a ganar el Premio Juan March Cencillo de novela breve. En esa ocasión, el jurado valoró que Trías describiera "con los recursos de un notario o un antropólogo" un país imaginario. Se trataba del Principado del Algarve, un lugar común en su obra que ya aparecía en Viaje a Delfos.

En 'El ausente', además, Trías se recrea en un informe preciso que analiza la sociedad del Principado, y lo aprovecha para acercarse a las entrañas de la democracia, la política, el exilio y las relaciones humanas. Del resto de su producción bibliográfica destacan obras como 'El círculo de luz' (Hiperión, 1985) o 'El encuentro' (Tusquets, 1990).

Su inquietud artística le llevó a no conformarse nunca con sólo una de las facetas de la literatura. En su trayectoria, Trías destacó también como adaptador y traductor. De hecho, su amistad con Mario Gas derivó en una fructífera colaboración entre ambos que se concretó en la adaptación de la obra 'La Orestiada', que fue estrenada en el Festival Grec de Barcelona de 2004.

jueves, 1 de mayo de 2008

El niño, el dedo, la luna, el idiota y el canon digital


Dice el proverbio que en cierta ocasión un niño señalaba con su dedo una magnifica luna llena, todos se maravillaron de la plenitud, belleza y claridad de la luna, sin embargo hubo uno que se quedó mirando el dedo del niño y le regaño por tener las uñas sucias. Fue el único que se perdió la espectacular luna llena que brillaba esa noche era, sin duda, un autentico idiota.

En esto del canon sucede algo parecido mientras millones de ciudadanos se rebelan contra la injusticia que supone el hecho de imponer un canon indiscriminado en los soportes y dispositivos electrónicos, algunos se dedican a cuestionar el procedimiento de recogida de firmas y para ello no se les ocurre otra cosa que falsificar ellos mismos el procedimiento, hacerlo ante notario y acusarse públicamente.

Cuando millones de personas dicen que la solución al canon indiscriminado es tan sencilla como aplicarla sobre la obra que lo genera, tal y como hacen todos los demás sectores productivos, ellos se dedican a decir que no hay otra solución posible y amenazan a toda la sociedad con eliminar derechos básicos de los ciudadanos que nadie cuestiona como es la copia privada.

Quizás no les interese aplicar la solución que millones de ciudadanos les sugiere porque curiosamente esta solución, siendo más justa y más equitativa para los autores, no requiere de intermediarios. ¿Será esta la luna que no quieren que veamos a pesar de que hay millones de dedos apuntando a ella?

Claro que hay solución al canon indiscriminado así que dejar de mirarnos al dedo. +Ver solución

Por cierto, a mí nunca me han comprobado si mi dni o mi firma eran correctos, cuando he firmado en la calle por alguna causa a la que he dado mi apoyo. Recordarles, a los que exigen rigor en sus informaciones, que las Asociaciones no se registrán en el Registro Mercantil,... pero esto es de nuevo volver la mirada al dedo (que es lo que desean algunos) y olvidarnos de la luna, eliminar el canón indiscriminado, que es lo que nos interesa a todos.miguel perez.copio y pego